"Aunque no tuve la inmensa dicha de conocerte en esta tierra, te quiero mucho, pues a través de los ojos del alma te he vislumbrado. Sé que de haber podido nacer, tendrías el pelo negro de nuestro padre y los ojos vivos y alegres de nuestra madre; quizás hasta te parecerías en algo a mí. En esta carta, la cual con el favor de Dios espero que los ángeles te hagan llegar, quiero pedirte que nos perdones por no haberte permitido nacer."
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